Al las 9:30 hemos quedado en casa de Xavi, nos hemos dormido así que hoy sin desayuno del Hotel.
El día ha salido un poco lluvioso pero con la capucha se lleva bien.
Primero vamos a hacer unas cosillas de Basket y vamos conociendo la ciudad más en su esencia, en su día a día.
Hangzhou es la capital y la ciudad más grande de la provincia de Zhejiang. Su población ronda los 9 millones. Se compone de avenidas enormes, puentes, edificios de muchas plantas, comercios por todos lados y bastantes zonas verdes. El río Quiantang recorre varias partes de la ciudad.
Las bicis se entremezclan con motos (eléctricas la mayoría), coches, taxis, buses. Aún quedan bicis tuc tuc pero más en las zonas turísticas.
A media mañana vamos a almorzar que tenemos bastante hambre. Entramos en un restaurante y pedimos de todo lo que vemos apto y nos indican que no está rebozado o con harinas.
Estas bolas de arroz van rellenas de carne y son espectaculares.
Ademas hemos tomado dos sopas, cerdo y algo similar a la col, todo para tres por 150 ¥.
De aquí hemos ido a la Calle Hefantjie donde está un mercado precioso de antiguas casas de madera con tejados negros donde comprar regalos.
Son detalles de más calidad que en otros mercadillos y además hay un ambiente increíble. Hay detalles por 10 ¥.
También hay puestos de comida si te apetece picar algo.
Esta parte de la ciudad está al pie de la colina Wushan coronada por el Templo donde vivió el emperador. Se puede subir a verlo y hay unas buenas vistas.
La parada de metro para llegar aquí es Dingan Rd. salida C.
Para llegar al Hotel tenemos que coger el metro hasta West Lake Cultural Square y andar unos 12 minutos.
Descansamos un rato que en dos horas vamos a ver un entrenamiento porque ellos aquí tienen y/o trabajan en una Academia de Basket, NBG, New Basketball Generation. Es un proyecto ya en funcionamiento, que ofrece Basket a niños en los colegios y campus los fines de semana. Yo como público he disfrutado mucho, los niños tienen mucha ilusión por aprender.
Para acabar el día hemos ido de cena al restaurante del socio. Nos lleva en su coche, está alejado pero en que llegamos nos damos cuenta de que merece mucho la pena ir allí.
Es un restaurante de alta cocina china. Se llama GREEN ORANGE RESTAURANT y en cuanto entras sabes que va a ser una gran experiencia culinaria.
Nos han ido sacando poco a poco los platos. La presentación con todo detalle y todo muy sabroso. Van cortando el pato delante nuestro y luego te lo sirven de tres formas: en una especie de rollito que preparas con unas finas láminas a las que añades una salsa oscura, unas verduras y el pato; en arroz caldoso con el pato con sus huesos y por último pato a la brasa.
Impresionante y muy recomendable si visitas Hangzhou. Está en un centro comercial y puedes aprovechar y hacer unas compras.
No nos podemos quejar de lo bien que nos están tratando y la oportunidad de conocer sitios que quizás como turista no llegarías.
Al día siguiente estuvimos con alguna cosa de Basket y yo me fui a dar una vuelta una rato. Encontré un bar muy chulo, de estilo europeo.
Me tomé un café y estuve escribiendo y leyendo un rato, se estaba muy a gusto. Unas chicas me pidieron practicar su inglés y por suerte no sabían mucho, que yo no quería liarlas.
Por la noche cenamos en el Gatto Matto Pizza & Bar, una pizzería de un chico costarricense. Sin gluten, la ensalada pero las pizzas olían fenomenal y todos dijeron que riquísimas. Muy recomendable si visitas Hangzhou y te apetece cambiar un día de tipo de comida, además te sientes como en casa.
Muy linda la ciudad. . El lago hermoso. Los lugares muy interesantes. Nos costó mucho tomar taxis siempre