Hemos quedado con la señora de la casa a las 9.15 para que nos acerque a la estación de bus. Nos acerca su marido y el trayecto dura como mucho 10 minutos. Cogemos el billete a Split y como sale a las 10.45 nos echamos un café en frente.
El trayecto es de tres horas y media, pero entre leer, dormir, escribir y aprovechar que tiene wifi se nos pasa rápido.
La estación de Split está en el puerto y nuestro apartamento con las indicaciones de Google maps nos resultó fácil de encontrar. Estamos en una de las calles principales, Marmontova, al lado de todo lo que hay que visitar.
En la puerta del Sigma Apartment, nos está esperando la señora. Nos explica todo muy rápida y se va.
El apartamento es un dúplex en planta calle, sin ventanas pero con una especie de terraza para ventilar. Tiene aire acondicionado y se está bastante bien, muy bien aprovechado y para pasar dos días esta genial y perfectamente situado. Si vais 5 personas, se cabe perfectamente y tiene de todo para cocinar y toallas. Precio: 1830 kunas.
Hay varios supermercados cerca, el Bille y el Kozum. Compramos en el Bille primero para comer algo que ya son casi las 15.00 y para desayunar al día siguiente. Para los celiacos hay algún producto sin gluten como embutido.
En la cadena DM que es como droguería, hay bastantes cosas de galletas, pasta y pan, en general de la marca Schar, muy comercializada en España. Esta cadena está en toda Croacia, en Dubrovnik también la vimos.
Tras descansar un poco, salimos a recorrer la zona del Palacio, serían ya las 18.30 horas. Intentamos sacar dinero del cajero y nos costó un rato porque no pensamos en el límite de los cajeros. Tras seis intentos en tres cajeros distintos, se encendió una bombilla y caímos en la cuenta.
Andando por el paseo llegamos a un mercadillo situado al otro lado de una de las puertas que ya te muestra lo bonito que es el Palacio Diocleciano, corazón de la ciudad, un laberinto lleno de gente, tiendas, restaurantes, totalmente integrados en la arquitectura del propio palacio.
Se construyó con piedra blanca de la cercana isla del Brac y es una de las ruinas romanas más importantes que existen.
Las cuatro puertas que lo componen tienen nombre de metal: al norte, Puerta de Oro, al sur, la Puerta de Bronce, al este, la Puerta de Plata y al oeste, la Puerta de Hierro.
Ya está anocheciendo, y paseamos encontramos un restaurante que fusiona la comida croata con la japonesa. Es el Bota Sare Sushi. Nos cogimos una bandeja grade de sushi por 125 kunas y unos vinos, todo amenizado con música en directo que en este país debe gustar mucho.
De aquí, al paseo, un helado para las chicas y a casita, que estamos rendidas.