Tras un viaje en bla bla car desde Narón, llegamos a Coruña sobre las 17.00 horas.
La chica nos dejó muy cerca de nuestro hostal, el Hostal Carbonara, muy céntrico en Rua Nueva, 16. La chica que nos atendió, encantadora. Nos dio un plano y nos explicó lo que podíamos ver en el poco tiempo que teníamos. Nos decidimos por pasear por el paseo marítimo hasta la Torre de Hércules.
El paseo es muy bonito, puede durar unos 40 minutos a pie. Por el camino te encuentras con el Aquarium Finisterrae.
La Torre de Hércules, Patrimonio de la Humanidad desde 2009, es el faro romano más antiguo del mundo y el único que se conserva en servicio. A sus pies hay una pequeña cala, llamada playa de Lapas, que en octubre es más de mirar, pero debe de ser chulo bañarse en ella.
Entrar al faro cuesta 3 €, pero nosotros ya llegamos que estaba cerrado, cierra a las 17.30 horas y de junio a septiembre está abierto hasta las 20.30.
Las vistas desde arriba son preciosas y si sigues el paseo llegas a el Parque de los Menhires, que aunque no son auténticos, merece la pena verlos, es como un homenaje al origen céltico de Galicia.
Nosotros, nos dimos la vuelta y nos fuimos a tapear por la zona que nos recomendó la chica del hostal. Nos marcó unos cuantos bares en el mapa, y allí nos dirigimos, todo muy cerca del hostal.
Con más tiempo hubiera cogido un Free Tour para poder conocer la ciudad de primera mano, pero será para la próxima visita.
Nos movimos por la Rua Real, Rua Galera y alrededores.
En el serrano probamos las Zamburiñas, riquísimas y en la bombilla, por 1 € te dan una tapa o una bebida, un local sencillo pero con su encanto. En este caso, yo me quedé sin probar la empanada, pero la comes en otra versión y listo.
Desde luego en Coruña, nos quedó mucho por ver, pero no daba tiempo a más, el vuelo salía de madrugada y había que descansar un poco.
Puedes mirar aquí abajo precios de vuelos y en cuanto puedas, haz una escapada a Galicia.
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