A la mañana siguiente, tocaba ir a Brujas. Para desayunar fuimos a un restaurante de cocina natural al lado del hotel que se llama Exki. Tenía varias opciones sin gluten y sin lactosa muy ricas y a un precio razonable.
El tren salía sobre las 9.30 y en aproximadamente una hora llegamos. El billete nos salió por 14,50 €. El trayecto muy cómodo para nosotras; va subiendo gente al tren en cada parada, y muchos de ellos tienen que ir de pie porque no hay asiento para todos, así que, si puedes cógelo en la primera parada.
Al salir de la estación, todo el mundo anda en la misma dirección, no tiene pérdida.
Lo más relevante de lo que vimos en Brujas fue:
- La Plaza del Mercado, Grote Mark. Los edificios que la conforman son medievales, es el centro neurálgico de la ciudad.
- El Edificio de las Hallen con su torre Belfort. Consta de 365 escalones y se suelen formar muchas colas, pero las vistas merecen la pena.
- Estas casas de colores son las antiguas casas gremiales, que ahora se usan como cafeterías. En 1995 se renovó la plaza y se hizo peatonal.
- Muy cerca está la plaza Burg, donde está el Stadhius o ayuntamiento, con una fachada preciosa.
Merece la pena callejear, cruzar sus puentes y dar un paseo en barca por los canales.
- Brujas fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el año 2000.
Aquí para comer, llevaba anotado algún restaurante sin gluten, pero cometí el error de no comprobar si aun estaban abiertos. Dimos unas cuantas vueltas y no encontramos nada, así que finalmente, entramos en uno y comí ensalada y pollo asado para no arriesgar.
Cogimos el tren de vuelta sobre las 16:30 para así aprovechar la tarde por Bruselas.
En la estación nos compramos el billete para mañana ir a Gante y nos fuimos a la zona del Palacio Real que está junto al Parque de Bruselas. Se puede visitar desde el 21 de julio, día de la fiesta nacional hasta mediados de septiembre y de martes a domingo. Si vas en metro, es línea 1 y 5, y bajas en Parc.
Dimos un paseo por el Parque de Bruselas y volvimos sobre nuestros pasos para ir a la Plaza Real, un cruce de líneas de tranvía donde se aglutinan los Reales Museos de la capital.
Íbamos sin rumbo fijo, así que seguimos caminando y llegamos al Monts des Arts, con unas vistas preciosas, y con la torre del Ayuntamiento de la Grand-Place. Nos coincidió un espectáculo de gong espectacular.
Nos fuimos acercando hacia la Rue des Bouchers, queríamos tomarnos unas cervezas en el Delirium. Toda la gente que había estado en Bruselas nos había recomendado esta cervecería así que no podíamos dejar de verla. Esta en un mini callejón de la calle principal, fácil de encontrar.
Entras y es oscura y con el techo lleno de chapas de cerveza, en tamaño gigante. Cogimos una mesa y nos pusimos a mirar la carta con más de 2.500 tipos de cerveza, es el que más tiene en todo el mundo incluida 3 o 4 tipos de cerveza sin gluten, una gran alegría para una celiaca como yo. Muy recomendable, visita obligada.
Picamos algo por esta zona y cuando nos dirigíamos hacia el Hotel, nos encontramos un festival de Djs que estuvo genial.
En Bruselas hay varios supermercados donde comprar muchas cosas sin gluten, como Carrefour o Delhaize. La verdad que restaurantes no encontramos gran cosa. Tendré que volver para hacer una búsqueda activa.