El popular lema»Malaysia, truly Asia» es muy cierto. En cuanto se aterriza en Kuala Lumpur ves la multiculturalidad que tiene este país asiático. Las etnias que más predominan son malayos, indios y chinos.
Nosotras, tres chicas españolas que nos hemos hecho amigas viviendo en China decidimos coger un vuelo Hangzhou- Kuala Lumpur y desde el mismo aeropuerto coger otro a Penang para aprovechar los 4 días que teníamos. Los cogimos desde la web de Skyscanner y volamos con Air Asia. Me llamó la atención que te cobraban la manta, así que preferí taparme con un pañuelo que llevaba Adriana.
Salimos de Hangzhou a las 00:15 de un lunes y a las 9:25 aterrizábamos de nuestro segundo vuelo en Penang. Si consigues dormir en el avión, esta es una buena opción para ahorrarte el hotel de una noche y aprovechar el día entero.
Cambiamos dinero en el aeropuerto. En el cambio perdimos unos 10 € cada una (cambiamos de moneda china a malaya).
Para ir desde el aeropuerto al centro de George Town pensábamos que había un bus gratuito, pero, o ya no está o no lo supimos encontrar. Taxistas en la puerta puedes encontrar todos los que quieras, pero preguntamos a una chica y nos recomendó coger el bus 401 E. Tanto este como el bus 401 te llevan al centro, solo que no todos los que llegan con este número van en esa dirección cuando paran en el aeropuerto. Lo mejor es preguntar al conductor antes de subir y el os avisará cuando tengáis que bajar. Con nosotras fue muy amable y tras unos 40 minutos en el bus, nos avisó para que bajáramos.
Te deja más o menos en la zona donde está el Street Art (quizás el más fotografiado del mundo).
Dormíamos en la zona de la playa, en Batu Ferringhi, así que fuimos con nuestras maletas de ruedas a recorrer la ciudad.
Mapa de Penang
Empezamos por Chew Jetty. Es un mercado sobre el mar, un asentamiento chino de pescadores con casitas de madera con embarcadero donde no solo puedes comprar algún «souvenir» y ropa sino que también puedes ver como viven o mirar al horizonte. Hay una parte donde puedes dar un paseo en barca.
Por si quieres hacerte una idea con los precios, un paquete de 10 postales me costó 2 €.
De aquí ya fuimos a callejear por GeorgeTown, una ciudad cosmopolita, mezcla de culturas, historia y arte. Tiene un estilo colonial que me encanta. Tiene templos de distintas religiones y su principal atractivo turístico es ir buscando sus conocidas pinturas en la pared y hacerte fotos muy divertidas. Nosotras nos hicimos unas cuantas…
Para comer echamos un ojo a los restaurantes de la zona y de pronto vimos uno que parecía tener aire acondicionado, wifi y comida rica así que probamos.
Es el Viva Victoria. El personal muy amable y el lugar tiene un rollo muy chulo. Cuando te sientas te reparten unas mandalas y pinturas para que la pintes durante la comida y luego las cuelgan en la pared.
Nos trajeron la carta y yo les enseñé la tarjeta gluten free que llevaba impresa en malayo y en inglés. Se tomaron mucho interés y fueron a preguntar a la cocina para confirmarme los platos aptos para celíacos.
Pedimos: Nasi Goreng (GF), Chiken Bowl (GF), Lamb Moussaka (este no lo comí porque llevaba bechamel). Te ponen gratis una vaso bastante grande de te con limón o con lo que elijas y hielo, que sienta fenomenal para sobrellevar el calor. Nos salió la comida con café (con hielo) a 109 RM, no llega a 7 € por cabeza y de nota le pondría un sobresaliente.
Nasi Goreng (sin gluten) y delicioso
Ya con el estómago lleno, continuamos recorriendo sus calles y descubriendo nuevos rincones. La zona de Cannon y Armenian Street es la más turística y donde encuentras gran parte de los «grafitis» y templos. Es un barrio muy bohemio con fachadas con mucha historia.
Edificio de estilo colonial
Templo chino Yao Kongsi que para los fans de LOST, quizás les traiga algún recuerdo.
Este templo es gratuito y puedes visitarlo de 09:00 a 17:00 horas. Nos explicó que son algo así como casas donde viven descendientes de clanes ancestrales chinos. Justo en diagonal a este templo estaba un chico muy simpático vendiendo cocos. Nos compramos un coco para las tres y estuvimos hablando con el un rato.
Le preguntamos por la Mezquita flotante Tanjung Bungah y nos explicó que su amigo era taxista y nos podía llevar allí y algún sitio más si queríamos y luego a nuestro apartamento. Nos pareció buena idea, además el amigo, Mohamed, estaba allí listo para llevarnos. Quedamos en pagar 50 RM por ir a la Mezquita flotante y llevarnos a casa.
Montarnos en su taxi con aire acondicionado fue un momentazo, el calor es muy intenso. Nos iba contando cosas de la ciudad, de su historia, de las diversas religiones que conviven e iba parando en algún templo o mezquita.
En esta mezquita, Masjid Kapitan Keling, nos pusimos una túnica verde con capucha que te la ofrecen en la puerta y una señora nos enseño y nos explicó la historia. Fue bastante interesante, nos explicó que tanto ella como muchos musulmanes (que no tienen el árabe como idioma nativo) no saben hablarlo pero si leer y recitar partes de sus libros sagrados. Todo esto lo hacen sin pedir ningún donativo y nos recitó un trocito
Templo chino Kuan Yin
Pasamos por Little India y ya fuimos hacia la mezquita flotante. Por el camino nos dejó utilizar el wifi de su móvil un rato y nos vino fenomenal para contactar un poco con la gente.
Masjid Terapung
La Masjid Terapung de Penang está en un enclave idílico, sobre el mar y junto al puerto y rodeada por alguna montaña. Justo llegamos y llamaban al rezo. Es un momento que transmite bastante paz aunque no sepas exactamente lo que dicen, pero nuestro guía improvisado nos fue explicando y aclarando dudas.
Para llegar al apartamento vas por una carretera de costa durante unos diez o quince minutos. Al llegar nos hizo el favor de llamar a la chica del apartamento para que viniera a darnos las llaves.
Nuestro apartamento, The Ferringhi Seaview estaba en la planta 33 y todo con vistas al mar. Muy grande con tres habitaciones y dos baños, así que, si vais un grupo es ideal. La pega, no tenía wifi pero bueno, sobrevivimos. Le sugerimos que lo pusieran y dijo que lo iban a valorar así que iré revisando a ver si lo ponen.
Nos pegamos una ducha y nos fuimos a la playa, teníamos muchas ganas. Nos habían dicho que no era de las mejores, pero os diré que nos sorprendió en positivo. Muy limpia, arena blanca, agua turquesa y templada… sinceramente nos encantó.
Paseando nos ofrecieron un masaje en la misma playa y oye, porque no. Fue una hora por 30 RM, unos 6,50 € cada una. Estuvo genial, tienen un chiringuito con camillas montado en la playa, nos coincidió que era el atardecer así que no podíamos pedir más.
Por la noche cenamos en el Batu Ferringhi Market. Hay comida de distintos países. Nos apetecía probar un poco variado y así lo hicimos. En mi caso comí comida hindú. Le explique al señor el tema del gluten y nos dijo que podía tomar Dosas, que eran de arroz. Ya las había probado en mi viaje a India, pero no está de más confirmarlo. Te dejo aquí el enlace al post de comida sin gluten en India que aquí en Malasia puede resultar útil porque hay muchos restaurantes indios.
Es una maravilla que hablen inglés y más o menos te puedas comunicar. Recordar indicarles «no spicy» y, a comer.
La noche la pasamos en el apartamento bajo una tormenta de rayos alucinante, pero a resguardo se vive de otra manera.
A la mañana siguiente, a las 8:00 ya estaba en casa la chica del apartamento para devolvernos la fianza de 200 RM y darle las llaves. La chica es muy alegre, no para de reírse.
A las 8:15 bajamos y allí estaba Mohamed. Habíamos quedado con el para ir a Penang Hill y a otro templo que nos quería llevar y ya al aeropuerto.
Primera parada a los pies de Penang Hill para comprar un café para llevar y no perder mucho tiempo que a las 13:00 nos salía el vuelo hacia Kuala Lumpur.
Subir a Penang Hill en funicular cuesta 30 RM. Es bastante empinada la subida pero no da vértigo. Desde arriba se ve una panorámica increíble, realmente merece la pena subir
Mirador en Penang Hill
Arriba hay diversas atracciones turísticas y templos. Si tienes tiempo y lo pagas, puedes pasar allí arriba una mañana.
De aquí fuimos al Kek Lok si, un templo budista conocido como templo de la Felicidad Suprema.
La entrada es gratuita salvo para entrar a la pagoda y subir al teleférico que cuesta 2 RM.
Una de las partes más importantes de este templo está en lo alto (se llega con el funicular) pero nuestro conductor nos acercó con el coche. Es la estatua de Kuan Yin, la diosa de la piedad.
Es bastante grande, pero a nuestro gusto, la vista es mejor desde la distancia.
Tocaba ir ya para el aeropuerto, que más o menos había unos 30 minutos así que salimos ya hacia allí.
Nuestro conductor Mohamed, recomendable 100 %. Por esta mañana de visitas y trayecto al aeropuerto le pagamos 130 RM, que son 28 € entre las tres. Os dejo en la foto su contacto por si os interesa en vuestra visita a Penang.
Próximo destino, Kuala Lumpur, bye bye Penang.
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